Con medios meses como este sobrarían los meses enteros. Los días están siendo pesados como una losa. Intensos y sin descanso. Salvo las noches, a las que acudo con entusiasmo. Dormir. Escaparse a un lugar llamado cama, con cojines y un nórdico (en este caso no en el significado de hombre, sino símil de edredón) hasta la mañana siguiente y... vuelta a empezar. Tengo varias tareas pendientes: varios libros por leer, varios discos por escuchar, momentos para vaguear; unos cuantos encuentros pendientes con algunas de mis burbujas (dícese de esas personas bonitas que me rodean y a las que en los últimos meses he visto en escasas ocasiones). Tengo pendientes unas sobremesas para pequeñas(o grandes)siestas, perderme en mi salón con el móvil apagado; leer y comentar algunos de esos blogs que solía visitar y me encantaban, y actualizar este que ahora mismo está congelado como este Enero. Tengo pendientes unos paseos en bici alrededor del mar, unos momentos de sauna y spa. Suspendidas están esas noches en las que meterme en cama sin mirar el reloj y olvidarse de activar el despertador... Tengo una larga lista, pero así a priori se me ocurren estas. Menos mal que las buenas noticias también existen y pronto tendré algo tan maravilloso como ansiado llamado ¡¡¡vacaciones!!! Muchos dirían que Febrero y vacaciones, al menos en el hemisferio norte, no tiene mucho sentido; pero yo creo que la palabra vacaciones le pasa como al color negro, casa bien con todo. Cuando has tenido un Septiembre, un Octubre, un Noviembre, un Diciembre, y un Enero como los míos... Las vacaciones son un preciado regalo. Y sólo por eso, estas dos semanas que quedan creo que me parecerán más bonitas de lo que serán en realidad. La imaginación es un arma tan poderosa que hace que antes de llegar disfrutemos de la estancia.
Algunas de mis imágenes de Instagram
Hemos empezado brindando por un feliz y próspero 2014. Brindis con un anillo de oro en la copa... Deseos para cumplirse sí o sí.
Ya queda menos. Abróchense los cinturones. Listos para el despegue.