3 de agosto de 2010

Los bloggers tienen la palabra: INDIFERENCIA

Se agota el martes mientras yo todavía comienzo la semana, digamos que hoy podría llamarlo domingo... o digamos que estos días fuera de toda rutina han desencadenado en mi esa sensación de desorientación. Por eso llego tarde para este post de hoy, el día en que los bloggers tenéis la palabra. Tarde pero a tiempo todavía para elegir una palabra. Tengo varios posts empezados a la espera de ser terminados y publicados. No me convence ninguno. Miro la lista de vuestras palabras. Familia. Tiempo. Complicidad. Magia. Burbujas. Falsedad. Nube. Envidia. Caos... Indiferencia. Su, alguien incondicional en mi propia historia y seguidora de este blog propuso INDIFERENCIA y, la guardé pensando que un martes cualquiera saldría a este sofá. Rose, una blogger adepta al sofá coincide en la palabra. Así que hoy toca ser indiferentes con todo aquello que se lo tenga merecido.

Al principio pensaba por qué esa palabra... Indiferencia, justo aquello que yo nunca había sentido por tu parte. Somos indiferentes cuando tiramos la toalla, cuando nos dá igual. Somos indiferentes con algo o con alguien cuando no es importante, cuando negamos nuestro afecto. Indiferentes cuando ya no preferimos eso a otra cosa, cuando ya no ocupa el centro y ha quedado relegado, cuando ya no relucen nuestras pupilas. Indiferentes a medio camino entre el aprecio y la aversión. Apáticos como kamikaces deprimidos que no saben matar o morirse. Apáticos como perezosos extremos para los que todo aparenta lejano. Indiferencia cuando has perdido la capacidad de sorprenderme, cuando se ha desvanecido aquello que te hacía diferente, y tan diferente que era único. Indiferentes con alguien cuando no nos involucramos en crear buenos momentos ni en hacerlo partícipe de los nuestros. Supongo que es complicado para los humanos entender la indiferencia, preferimos la guerra, al fin y al cabo la discusión, que la indiferencia. Quizás porque equivocados piensan que en la guerra todavía queda la esperanza para ganar, cuando ahí casi todos pierden, y en la indiferencia parece que la batalla ha terminado antes de haberla comenzado. El sentimiento de indiferencia, en ciertos casos, puede ser tremendamente feo, porque aquí ya no estás presente ni eres tenido en cuenta. Ahí donde se anestesian los afectos, donde se congelan las emociones, donde surge la coraza de la indiferencia en el intento de no sufrir. Nos volvemos indiferentes a la pobreza y a las desgracias de telediarios a la hora de comer. Indiferentes a la pobreza mental con la que tropezamos día a día. Nos volvemos indiferentes a la política porque sólo vemos poder que tambalea intentando robarnos. Somos indiferentes a los conocidos que sólo sabemos de ellos cuando están mal o creen estarlo. Indiferentes del cáncer y los accidentes de tráfico porque rápido van los demás y el cáncer no va a tocarnos. Nos volvemos indiferetes de eso que no provoca nada nuevo ni bueno en nuestra vida, directamente lo sacamos de escena. Nos volvemos indiferentes de las desgracias ajenas, incluso de las nuestras propias que hacemos ajenas para que parezcan menos desgracias. Indiferentes a la belleza que vemos todos los días y cada día nos parece más normal y desapercibida. Nos volvemos indiferentes de los cuidados que necesita este planeta que hemos invadido pensando que nuestros desehechos a nosotros ya no nos afectarán y, ¿qué importan los que vengan después?. Nos volvemos indiferentes a los niños sin juegos, a los ancianos sin oídos para sus historias, a los perros que viven solos en su pequeño apartamento. Nos volvemos indiferentes a la crisis porque nos han hablado tanto de esa señora que viene a comernos que nos han aburrido y ya no queremos escuchar más. Nos volvemos indiferentes a aprovechar el tiempo dando por hecho que siempre nos quedará mañana. Nos volvemos indiferentes a los pequeños placeres buscando el gran deleite ignorando que los grandes están construídos de los pequeños detalles. Indiferente... eso que nunca he sentido desde tu mirada. Por las tardes diferentes, por los juegos inventados, por las maletas llenas de bolas de navidad, porque todavía hay algo en mi cajón, porque a pesar de los años lo importante no ha cambiado. Por los desayunos con pan, por dejarme fregar los platos cuando fregar hace gracia, por no contarme historias sino hacerme parte de la historia, por dejarme regar nuestro oasis particular. Indiferente... eso que tú nunca serás para mi.

A vuestras palabras, nunca sentiré indiferencia...

9 comentarios:

  1. Qué te voy a decir, Estrógena, qué me ha maravillado, y que como siempre de una palabra escribes algo bonito, que es una palabra que se utiliza sin interés, pero bonito encierra mucho. Coincidimos mucho en pensamiento, cuando te leo me siento reflejada, me gusta lo que expresas y como lo haces. Un beso enorme y yo también estoy algo sumida en la desorientación y en esa nebulosa que supone la ruptura con la rutina. Un besazo y nos leemos.
    Te dejo otra palabara: Hogar

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  2. Increíble tu texto. Es un sentimiento que no me gusta y que desgraciadamente necesito erradicar en este momento. Yo lo relaciono con la frialdad, detrás de la cual quiero pensar que siempre se esconde algo que por miedo o dudas queda enmascarado.

    Un beso!

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  3. Qué fea es la indiferencia, desde el punto de vista del pasota, desde el punto de vista del que la recibe... A pesar del tiempo y la distancia (jijiji... aquí quedaba genial ;))nunca sentiremos indiferencia en nuestras palabras.

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  4. Perdona Estrógena, que he caído ahora y tras leer tu comentario que Hogar ya estaba.Además es una de mis entradas favoritas,disculpa, pues nada lo soluciono ya de ya con otra palabrita: Apaciguar.
    Un besito y disculpa.

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  5. Oooh!!
    Gracias por descubrirme tu blog!

    Que bien escribes... Felicidades por esa capacidad de poner imágenes a las emociones, por conseguir "rascar" en el fonde de cada uno de nosotros intentando identificar esos sentimientos.
    La palabra de hoy, la indiferencia es como tu dices una anestesia voluntaria frente a todo lo que nos hiere. Es una coraza frente a todo lo que no podemos o no queremos cambiar.
    Y por esto me parece una palabra triste. Porque implica que ya estás vencido frente a lo que te rodea. Es dar la batalla por perdida.

    Por supuesto, te sigo desde hoy y te recomiendo en decoratualma!!

    Mmmuá!
    Elisa

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  6. eres una maravilla...
    Lamentablemente estoy en un momento de hostilidad que me hace indiferente hacia cosas que antes no me lo provocaban. Pero tod pasa, y si soy consciente de la situacion, aun lo hara mas rapido.
    Gracias por recordarme que debo esforzarme en liberarme de la indiferencia.
    UNBESAZO
    Tomo nota de ese futuro viaje,no??? :)
    MUAAAAA WPA

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  7. Siempre he creido que no se debia ser indiferente a nada.

    Sigue así!
    muá.

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  8. Cómo me gusta que ahora en tus textos incluyes algo más "tuyo", parece q te involucras un poquito más :)

    Y el daño q hace la indiferencia, especialmente en alguien como yo, q le da mogollón de importancia a los pequeños detalles... y ver q a la gente le resvala todo... aiss...

    feliz finde! :)
    muaaa

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Cuenta lo que quieras, recuerda que esto es "un sofá para hablar"...

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