3 de enero de 2015

Los buenos momentos

Este último trimestre del 2014 no he podido pasarme todo lo que me hubiese gustado por este sofá para hablar. Las tareas pendientes se desparramaban por la agenda día tras día.  Mientras tanto, tuve que encontrar la forma de tener un momento de desconexión: ese momento en el que el mundo gira y nosotros estamos ajenos a todo. Unos días de otoño en Amsterdam en un viaje conmigo misma. Han sido días de paz, de renovación, de ver cómo la hojas caían y a esta ciudad nada ni nadie le hace sombra, de pasear entre sus calles de cuento, de perderme entre sus maravillosas tiendas, de sentir el aire fresco en la cara mientras paseaba en bici, y de comer pastel de manzana en el Winkel (entre otros muchos recuerdos que se ha venido conmigo). No he podido compartirlo antes pero nunca es tarde para compartir los buenos momentos, los que nos dejan bonitos recuerdos, y moldean nuestra memoria y a nosotros mismos. Los buenos momentos nos hacen crecer sólo con recordarlos. Aún no había despegado y ya estaba deseando volver. En este 2015 Amsterdam de nuevo. Uno de mis deseos para este año recién estrenado. 
En mis viajes de trabajo busqué momentos para respirar hondo, para desconectar en la medida de lo posible. Para salir a la superficie y coger aire limpio. Muchos días, innumerables horas lejos de casa y en soledad, al final uno tiene como obligación encontrar un momento para sí mismo. En cualquier rincón uno se encuentra con algo que es capaz de sacarle la sonrisa, tan sólo hay que saber verlo. 
Un castañero en León, siguiendo la tradición. 
La maternidad según Botero, en Oviedo.
Y esto lo suscribo absolutamente, aquí y en cualquier parte del mundo. En este 2015 vamos a preocuparnos sólo por lo verdaderamente importante. En este 2015 tenemos la tarea prioritaria de ser felices en todos los momentos posibles.

¡¡feliz año a tod@s!!


LinkWithin

Related Posts with Thumbnails