Estos son algunos de los pequeños grandes placeres de los últimos días...
Anochece en un día de invierno, Febrero agota sus últimos días, sus últimas horas. Árboles sin hojas, viento frío, nubes grises que se hacen más grises cuando la noche se acerca. Hace unos años que le he visto el encanto al invierno, sin olvidar que la primavera siempre será mi preferida, pero el invierno también tiene su encanto. Y como en todo, tan sólo es necesario descubrirlo y dejarse querer.
En el mes de San Valentín, y en todos los que quedan por delante, que los corazones no dejen de latir nunca. Tengo la fuerte convicción de que sin amor el mundo hubiese parado hace muchos cientos años. Amor a los que nos rodean, a los animales, a los árboles que dan vida, al mar en calma o revoltoso; amor a lo que hacemos cada día, a nuestro entorno. Y por supuesto, amor a nosotros mismos. Ahí empieza todo.
Un libro-álbum para todos los seguidores de este gran genio de la literatura. Este es el año Cortázar, cien años de su nacimiento y está más vivo que nunca. La mejor oportunidad para estrenar mis nuevas gafas: tarde de domingo y este pedazo de libro. Al menos, su primera mirada al mundo ha sido de algo realmente bonito. Queridas gafas, ya habéis sido bautizadas.