19 de enero de 2014

Un intenso enero

Con medios meses como este sobrarían los meses enteros. Los días están siendo pesados como una losa. Intensos y sin descanso. Salvo las noches, a las que acudo con entusiasmo. Dormir. Escaparse a un lugar llamado cama, con cojines y un nórdico (en este caso no en el significado de hombre, sino símil de edredón) hasta la mañana siguiente y... vuelta a empezar. Tengo varias tareas pendientes: varios libros por leer, varios discos por escuchar, momentos para vaguear; unos cuantos encuentros pendientes con algunas de mis burbujas (dícese de esas personas bonitas que me rodean y a las que en los últimos meses he visto en escasas ocasiones). Tengo pendientes unas sobremesas para pequeñas(o grandes)siestas, perderme en mi salón con el móvil apagado; leer y comentar algunos de esos blogs que solía visitar y me encantaban, y actualizar este que ahora mismo está congelado como este Enero. Tengo pendientes unos paseos en bici alrededor del mar, unos momentos de sauna y spa. Suspendidas están esas noches en las que meterme en cama sin mirar el reloj y olvidarse de activar el despertador... Tengo una larga lista, pero así a priori se me ocurren estas. Menos mal que las buenas noticias también existen y pronto tendré algo tan maravilloso como ansiado llamado ¡¡¡vacaciones!!! Muchos dirían que Febrero y vacaciones, al menos en el hemisferio norte, no tiene mucho sentido; pero yo creo que la palabra vacaciones le pasa como al color negro, casa bien con todo. Cuando has tenido un Septiembre, un Octubre, un Noviembre, un Diciembre, y un Enero como los míos... Las vacaciones son un preciado regalo. Y sólo por eso, estas dos semanas que quedan creo que me parecerán más bonitas de lo que serán en realidad. La imaginación es un arma tan poderosa que hace que antes de llegar disfrutemos de la estancia. 
Algunas de mis imágenes de Instagram
Hemos empezado brindando por un feliz y próspero 2014. Brindis con un anillo de oro en la copa... Deseos para cumplirse sí o sí.
Ya queda menos. Abróchense los cinturones. Listos para el despegue.

1 de enero de 2014

Hasta siempre 2013. Bienvenido 2014

Empieza mi cuenta atrás. Tengo cincuenta y ocho minutos para contar todo lo que tengo pensado en este post. ¿Que por qué cincuenta y ocho minutos? porque es lo que marca quedarle de vida a la batería de este mac; y no, no voy a levantarme a por el cargador. Un aplauso a la pereza, de esa que no nos hace sentirnos mal. Siempre me ha entusiasmado el 31 de Diciembre, si uno pudiese escoger su cumpleaños no tengo duda de que yo elegiría ese día para nacer. Nacer cuando algo muere es la mejor forma de nacer. Es un día en el que inevitablemente vemos pasar de forma incesante momentos del año que se va. Un día en el que brindar cargados de buenos deseos, de propósitos que quizás no se cumplan pero, ¡¿qué importa eso en ese instante?! La ilusión y el sueño fugaz de que quizás sean realidad no nos lo saca nadie. Y a veces, los sueños son incluso mejor que la realidad. Por muchos resúmenes que hagan del 2013, habrá tantos 2013 como personas habitamos el planeta. Cada uno cuenta y se queda con el suyo, con lo que le ha sucedido, o mejor dicho, uno se queda con lo que ha sentido. Porque a veces no es necesario que algo suceda para que guardemos una impresión concreta. Basta con sentir que ha sido de una u otra forma para registrarlo así. Yo voy a recordarlo siempre: ha sido intenso, con momentos de paz infinita y otros símiles de montaña rusa. 
Cumplí un año más y despedí a mi arquitecto de lados incorrectos ese mismo día. Compartí momentos dignos de ser guardados en el mejor de los cofres con los mejores del mundo: los que me rodean. Sacudí la alfombra y dejé que el viento se llevase todo lo que ensuciaba. Me dejé abrazar por el sol de un verano caluroso con los pies en el césped y el sueño de la siesta. Nuevos libros y nuevas músicas hicieron de este año algo mejor. Abracé y sonreí a todos y cuantos deseé hacerlo. Me encontré con Lisboa de nuevo y la vi más bonita, más adulta y más cosmopolita. Arranqué en un nuevo proyecto que me ha sacudido, me ha volteado varias veces y aquí sigo, bailando bajo la lluvia. Aprendiendo en cada minuto de todo lo que me rodea y de mi misma, porque uno a veces se olvida de escucharse y eso sí debería considerarse delito. He mantenido conversaciones que guardé en papel de seda, al margen del tiempo y la distancia. He compartido momentos dignos del mejor ejemplo de lo que es el lujo, es decir, compartir junto a quienes más quieres momentos en los que sólo pesan las ganas de disfrutar el presente y de la compañía, donde todas las energías van en la misma dirección. Así, de forma veloz desgrano lo que más pesa de este 2013 que se va. Y dejándome sentir, presiento que el 2014 viene cargado de buenos momentos. Auguro entre él y yo una gran amistad. Por mi parte va a tener todas las ganas, la ilusión y el compromiso, ahora sólo falta que se deje querer un poco. Allá vamos :)   

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