Empieza mi cuenta atrás. Tengo cincuenta y ocho minutos para contar todo lo que tengo pensado en este post. ¿Que por qué cincuenta y ocho minutos? porque es lo que marca quedarle de vida a la batería de este mac; y no, no voy a levantarme a por el cargador. Un aplauso a la pereza, de esa que no nos hace sentirnos mal. Siempre me ha entusiasmado el 31 de Diciembre, si uno pudiese escoger su cumpleaños no tengo duda de que yo elegiría ese día para nacer. Nacer cuando algo muere es la mejor forma de nacer. Es un día en el que inevitablemente vemos pasar de forma incesante momentos del año que se va. Un día en el que brindar cargados de buenos deseos, de propósitos que quizás no se cumplan pero, ¡¿qué importa eso en ese instante?! La ilusión y el sueño fugaz de que quizás sean realidad no nos lo saca nadie. Y a veces, los sueños son incluso mejor que la realidad. Por muchos resúmenes que hagan del 2013, habrá tantos 2013 como personas habitamos el planeta. Cada uno cuenta y se queda con el suyo, con lo que le ha sucedido, o mejor dicho, uno se queda con lo que ha sentido. Porque a veces no es necesario que algo suceda para que guardemos una impresión concreta. Basta con sentir que ha sido de una u otra forma para registrarlo así. Yo voy a recordarlo siempre: ha sido intenso, con momentos de paz infinita y otros símiles de montaña rusa.
Cumplí un año más y despedí a mi arquitecto de lados incorrectos ese mismo día. Compartí momentos dignos de ser guardados en el mejor de los cofres con los mejores del mundo: los que me rodean. Sacudí la alfombra y dejé que el viento se llevase todo lo que ensuciaba. Me dejé abrazar por el sol de un verano caluroso con los pies en el césped y el sueño de la siesta. Nuevos libros y nuevas músicas hicieron de este año algo mejor. Abracé y sonreí a todos y cuantos deseé hacerlo. Me encontré con Lisboa de nuevo y la vi más bonita, más adulta y más cosmopolita. Arranqué en un nuevo proyecto que me ha sacudido, me ha volteado varias veces y aquí sigo, bailando bajo la lluvia. Aprendiendo en cada minuto de todo lo que me rodea y de mi misma, porque uno a veces se olvida de escucharse y eso sí debería considerarse delito. He mantenido conversaciones que guardé en papel de seda, al margen del tiempo y la distancia. He compartido momentos dignos del mejor ejemplo de lo que es el lujo, es decir, compartir junto a quienes más quieres momentos en los que sólo pesan las ganas de disfrutar el presente y de la compañía, donde todas las energías van en la misma dirección. Así, de forma veloz desgrano lo que más pesa de este 2013 que se va. Y dejándome sentir, presiento que el 2014 viene cargado de buenos momentos. Auguro entre él y yo una gran amistad. Por mi parte va a tener todas las ganas, la ilusión y el compromiso, ahora sólo falta que se deje querer un poco. Allá vamos :)
que bonito lo quedescribes de tu año....
ResponderEliminarPara mí 2013 ha sido regulero en temas de salud, pero espero que 2014 se porte muuuuucho mejor jejeje.
Un besazo y ánimo en este año que empieza!
Claro que sí, verás como este llega mejor... ánimo guapa! a por el 14 :)) Muuua!!
EliminarUn año intenso, espero q el 2014 sea bonito para ti :)
ResponderEliminarBrindemos por un bonito 2014!! muuua Ojizarka :)
EliminarEsperemos que el 2014 se deje querer tanto como tú le vas a querer, así seguro que irá de fábula.
ResponderEliminarAdemás vuelve a ser un año Bruce http://cultura.elpais.com/cultura/2014/01/05/actualidad/1388950163_906475.html
Un abrazo
Siiiiii, porque si se deja querer tanto como yo lo voy a querer... vamos a hacer una gran pareja :))
EliminarSiiiiii, lo sé, lo sé... decidido: un gran año! :) Muuua!
Me gusta la forma reflexiva-poética que escribes este texto..
ResponderEliminarQue pereza aquella de no querer levantarse para buscar el cargador xd
Cierto, sería lindo haber nacido un 31 de diciembre, por todo eso que simboliza...
Te Deseo un feliz año nuevo, el mejor de tu vida...Bendiciones :)