este post debe ser escuchado, por ejemplo, con esta canción. Es uno de mis tesoros ;)

¿Por dónde empiezo a contar la crónica de este concierto anunciado? He necesitado estos días para posar toda la emoción producida. Os he ido contando desde hace meses que me había comprado las entradas; y aquí y aquí os he ido hablando de la cuenta atrás y los porqués responsables de que tuviese que acudir, sin excusa, a esta cita. Prevenía emoción de la buena buenísima, y la hubo. Prevenía amor del bueno, también lo hubo, y de sobra. Esto no ha sido un concierto, esto ha sido puro espectáculo. Pasaban las horas y caminábamos por Madrid sin ser conscientes de qué hacíamos allí. Terminó, y seguíamos sin ser conscientes de dónde habíamos estado. Bruce tiene la historia, la pasión, el carisma, la energía... Te sube, te renueva y te zarandea mientras piensas que nada puede salir mal. Y siempre te deja con ganas de más.
Tocó "Be true" y nos pusimos a saltar dejando el mundo a un lado; quizás el título era una señal. Era cierto que estábamos allí, frente a aquel escenario por donde el Boss supo levantarnos, sacudirnos, estirarnos, que aplaudiésemos hasta morir; resucitarnos con canciones; que desgarrásemos la voz, y que, sin saberlo, nos fuésemos adentrando en una espiral de emociones. Costaba creer todo aquello. "Waiting on a sunny day" estalló entre nosotros. "Born to run" no podía faltar. "Hungry Heart", "The Rising". Había más y más, todas con su momento grabado. Nos deleitó con "Spanish Eyes" en directo por primera vez. Y llegó "Thunder Road" y me esparcí en mil pedazos. A mi lado unos ojos marrones me miraban, su gesto dulce, su mano en mi pelo: "ooooo... ¿no quieres que esto se termine?" Y mi cabeza negó mientras mis ojos hablaban por mi. "Si tú no quieres que termine, no terminará nunca..." Un abrazo, un beso y su gesto de nuevo, parecía decirlo todo. Oooo... cuánto te quiero (no terminará entonces)
Las personas de mi izquierda se marchan antes de que termine, así que en las últimas nos quedamos bailando a nuestras anchas aquel "Twist and Shout", que fue todo un vals de emociones. Era la última, con la que iba a cerrar esta fiesta de la que no quería irse. Y nosotros tampoco. Nos quedamos hasta el final del final, se hizo el silencio. La gente se desperdigaba hacia las salidas. Aquel silencio había irrumpido como final de esas casi cuatro horas del mejor rock que pudiésemos imaginar. Sabía que no iba a querer irme por todos los recuerdos que iba a traerme, y así era. Salimos sin voz y con el corazón del revés. Puso pasión, calidad, entrega. Cuidó cada detalle, y es que él dice que siempre toca como si esas personas no volviesen a verlo más en directo. Pero yo creo que si lo ves una vez... no puedes no volver a verlo.
Las personas de mi izquierda se marchan antes de que termine, así que en las últimas nos quedamos bailando a nuestras anchas aquel "Twist and Shout", que fue todo un vals de emociones. Era la última, con la que iba a cerrar esta fiesta de la que no quería irse. Y nosotros tampoco. Nos quedamos hasta el final del final, se hizo el silencio. La gente se desperdigaba hacia las salidas. Aquel silencio había irrumpido como final de esas casi cuatro horas del mejor rock que pudiésemos imaginar. Sabía que no iba a querer irme por todos los recuerdos que iba a traerme, y así era. Salimos sin voz y con el corazón del revés. Puso pasión, calidad, entrega. Cuidó cada detalle, y es que él dice que siempre toca como si esas personas no volviesen a verlo más en directo. Pero yo creo que si lo ves una vez... no puedes no volver a verlo.
Clemons allí presente, en el cielo de Madrid. Justamente un año de su muerte, tuvo su particular homenaje. Una vez más se cumple aquello que tantas veces me dijo ella, que no está pero sigue aquí: "mientras recuerdes a alguien no morirá nunca."
Almas y más almas ignorando que presenciaríamos el concierto más largo de su carrera, casi cuatro horas para dejarnos querer ;)
En el homenaje a Nacho, dedicándole The River, y en el de Clemons el Bernabéu se convirtió en miles de puntos de luz blanca.
Ya no cabía más emoción adentro, sonó Thunder Road y las lágrimas se desbordaron mejilla abajo. "We got one last chance to make it real. To trade in these wings on some wheels"
Canta mejor que hace veinte años y no ha perdido nada de atractivo. Decidido: yo lo que quiero para mi es algo así como este hombre ;))
Una de las imágenes que resume el concierto. Movimiento y más movimiento por dentro y por fuera.
¡¡Vivan los viejos rockeros!! ¡¿Cuántas veces habrán escuchado sus canciones?! su juventud, o quizás su vida entera, pasando por delante tiene que impresionar.
Estamos de vuelta y el viaje tampoco quiere terminar, el avión nos lleva a otra ciudad de la esperada. Voy siendo consciente de todo lo sucedido, parece que sí fuimos. Sí, habíamos presenciado un concierto histórico del mejor Springsteen. Es grande, incansable, brutal. Eterno.
¿algún blogger por el concierto?¿algún fan por el sofá?