Miércoles 14 de Noviembre, mientras España se paralizaba en una huelga general yo mantenía una de las conversaciones más tristes de toda mi vida. Al terminar, me quedé más paralizada que el país por completo, congelada y viendo sin ver nada. Una noche de Octubre soñé con ese arquitecto de lados incorrectos del que os hablo a veces; sí, te soñé en un hospital, dormido y lleno de cables, quizás sabiendo que estás allí. No volviste a mis sueños. Sin embargo, la madrugada del miércoles te volví a soñar. Paseábamos por la calle, nos deteníamos en paso de cebra, y de repente, estaba ella a nuestro lado. Os mirábais, os sonreíais pero no os acercábais; no hubo ni una palabra. Nosotros continuábamos paseando y yo te decía: "No le has hablado, ¿por qué?"; y tú me respondías: "Porque no puedo, no puedo hablar. Yo quería hablar con ella, pero no podía". El inconsciente salió a relucir, quizás sabiendo todo lo que sé y sabiendo todo lo que ella ni sospechaba. Así que me desperté entre ese sueño pesadilla y, pensé que era el día para hacer lo que llevo sopesando cientos de veces desde hace unas semanas. Y te volví a soñar... y la llamé.
Era el día para descolgar el teléfono y dejar que sonase hasta que ella contestase. Lo hice. Le conté esta realidad que abruma y deshace. Rompí la que podríamos llamar nuestra promesa y sentí como, a la vez, ella se partía en mil pedazos escuchando todo aquello. Escuchaba incrédula, temerosa y, entre lágrimas dijo algunas frases de esas que no dan opción a añadir más. Unas en concreto consiguieron estremecerme como nunca antes. Y me sentí de todo menos desleal. Confirmé que ella sí tenía que saber lo que está ocurriendo, por lo importantes que habéis sido el uno para el otro. Poder decidir si quiere (o puede) despedirse de alguna forma, ahora que todavía hay tiempo. Pero parece que quiénes se aman de veras nunca consiguen despedirse, y lo que deseé más que nunca es que volvieses; que tuvieseis tiempo suficiente para contaros todo esto que ahora sé yo, y que deberíais saber vosotros dos. Encerrar el orgullo y el miedo en un cajón y declararos todos los sueños pendientes. Entonces soñé despierta, e imaginé como uno cuando quiere creer que la suerte, en algún momento, también tiene que cambiar.
Un trocito de mi captado por ese arquitecto de lados incorrectos, una de sus últimas fotos. Por ahora.
La conversación me agitó, retorció mis adentros. Una sensación de vacío. Me sentí marchita. Si ya la situación me parecía injusta, me causaba rabia, impotencia y una tremenda tristeza; ahora me da más todavía, tanto amor en juego y, ¿esto va a terminarse así y ahora?¿Uno debe creer los pronósticos de esos que supuestamente saben de lo que hablan, o pensar que aún puede haber un reencuentro? Sólo sé que me he guardado en la cartera tu última mirada, en la que me dijiste justo antes de embarcar: "Espérame, nos espera Buenos Aires", y sólo por esa mirada me aferro a la última opción.
Esperanza... Un abrazo para los tres...
ResponderEliminarEsa es la palabra, sólo Alegría podría traerla. Gracias guapa, siempre ahí con tus palabras llenas de ánimo. Un abrazo para ti.
EliminarInconsciente, sueño, o lo que fuera, has dejado llevarte por lo que te salió de dentro y eso es lo que vale. Sigue soñando despierta, Tuti, la suerte también puede cambiar, pase lo que pase hiciste lo que debías hacer. Y aún con toda la tristeza por todo esto sale tu optimismo y eso habla de ti. Como dice Alegría en el comentario anterior, esperanza. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarSí, sin duda hice lo cuándo y cómo me salió, hay momentos en los que crees que tienes que actuar sin más. Lo hago, sigo soñando y agarrándome a que todavía la suerte puede cambiar. Otro, gracias por los ánimos.
EliminarHacer lo que una siente es lo mejor para seguir aferrándose en la esperanza. Que los sueños cobren vida, y que tengas mucha fuerza para continuar sonriendo. Desde aquí, te sigo deseando lo mejor, porque no te conozco más que por tus palabras, pero sé que te lo mereces todo.
ResponderEliminarBesos.
A mi me ha salido así, noté que tenía que hacerlo y lo hice. La esperanza es lo último que debemos perder, y ahora todavía más. Sacar toda la que ya considerábamos perdida porque esto tiene que continuar. Muchas gracias guapa, por tus palabras siempre llenas de buenos deseos. Un abrazo.
EliminarAyssssssssssssss es que eres un amor de verdad...escribes, transmites..todo tan bien!:::)))
ResponderEliminarMe uno a la palabra, esperanza, y te regalo otra. "FË".
TE mando besos y espero que todo vaya un poco mejor...
Pdta: Cómo es el mundo de los sueños eh???
Muchas gracias, bonita. He querido dejarlo tal y como lo he sentido, esto está siendo a veces demasiado grande para mi, pero bueno, a veces tenemos que enfrentarnos a situaciones así. Ojalá podamos contarlas como vencidas.
EliminarMe quedo con esas dos: esperanza y fe. Muuuuchas gracias.
Siiiiii... el mundo de los sueños, de las señales. Por eso, esto no puede terminarse así. Muuuaaa!
Os soños ás veces veñen para decirnos algo, o que está claro é que todo pasa por algo. Ó mellor era unha sinal, e ti fixeches o que che saiu, o que creías que debías facer e eso é o mellor para quedarse en paz. Agora o tempo terá a resposta. Virte arriba e ver a túa vitalidade en todo isto ten moito valor, se é que por algo te escolleu a ti. Non perdas a esperanza, como fixeches en este tempo porque ó mellor aínda pode suceder algo que non esperamos. Un besiño Lu
ResponderEliminarPode que sí, a min este dixome algo e así o fixen. Parece que sí, que ó final todo pasa cando ten que pasar, nin antes nin despois. Eu sentín que ese día tiña que descolgar o teléfono. É que o fácil e virse abaixo, e hai momentos nos que sí que me veño abaixo, pero de repente penso que non, que non podemos darnos por vencidos antes do final. Aínda queda un pouco de vida. Oxalá, oxalá chegue esa sorpresa e que suceda o inesperado. Outro para ti, enorme.
EliminarMe he quedado pegada a tus palabras ....
ResponderEliminarY tu pena se me ha quedado un poquito metida en la piel ....
Te mereces un bonito final
Quédate pegada a mis palabras, quédate en el sofá, pero no te quedes con mi pena... dentro de toda esta pena yo todavía guardo la esperanza de esa última mirada. Gracias Cris, él se merece un bonito final. Nos merecemos Buenos Aires. Muuuaa!
EliminarEres capaz de crear belleza desde la tristeza. De hacer que lo "malo" tenga su encanto. Solo tú puedes describir lo hermoso de una cicatriz, el placer del escozor y lo bonito que puede ser el recuerdo de una cura.
ResponderEliminarEs paradójico. Ese día estaba yo bailando en la manifestación de la ciudad. Sin razón alguna estaba triste, pese a que no vi nada roto ni ningún pleito hasta el día siguiente (es lo bueno de ir sin gafas por el mundo). Para mi el mundo se movía demasiado rápido. Yo deseaba que parase...Supongo que paró, pero yo iba a tal velocidad que reboté.
Hasta pronto, querida fuente de la inspiración!
Oooo... para bellas tus palabras, muchas gracias. A veces uno necesita sacarse las gafas, necesita que esto pare un poquito, o al menos, cambie de rumbo. Yo ahora no puedo quitarme las gafas porque la realidad aplasta, pero intento dentro de lo posible que existan momentos donde poder pararlo, como cuando llego a este sofá.
EliminarUn abrazo enorme. Sin gente como tú, no habría inspiración. Gracias.
Eres muy valiente por mirar al mundo sin taparte los ojos o quitarte las gafas.
EliminarUn sofá en el que me encanta sentarme...Un momento en el que la musa a mirarlo convierte al limón en musa como si de un espejo se tratase.
Esa es la inspiración. Un reflejo observado por mil ojos que le dan otras dos mil interpretaciones.
Gracias por pensar que puedo proyectar un reflejo.
Un abrazo!
Qué manera tan hermosa tienes de plasmar los sentimientos hasta los que encierran tristeza.
ResponderEliminarAún así me quedo con la esperanza, tu escrito me lo dice, me lo da, esperanza, y sin ella estaríamos perdidos.
Un besito
No sé si ha sido hermosa, pero lo que sí te aseguro es que es justamente lo que siento. Yo también, me agarraré a la última esperanza hasta el final, es obligatorio. Te debo un mail, y prometo que será pronto, prontísimo. Eres un encanto.
EliminarMuuuuuaaa guapa!
A lo mejor necesitabas ese sueño para finalmente llamarla, y ella lo ha agradecido, normal. No has tenido un papel fácil, las dudas y tener que darle la noticia. Has hecho lo que has creído, eso es lo importante Lucía. Tu optimismo sigue en pie confiando en el reencuentro y eso demuestra esa fuerza tuya. Con el tiempo sucederá lo que tenga que suceder entre ellos, ahora lo importante es que salga de esto y que se cure, que vuelva a estar como siempre. Sé lo mal que lo estáis pasando, no es para menos, tú con todo lo sucedido y Gonzalo con todo lo que está pasando. Tragos duros de la vida. Se lo dije y te lo digo, me tenéis aquí. Un abrazo para los dos.
ResponderEliminarSí, a lo mejor necesitaba ese sueño para llamarla, sólo sé que lo sentí así y lo hice. Y esto no sé si podemos llamarle optimismo o simplemente es supervivencia. Las ganas de que esto no termine así y ahora. Claro, por supuesto, yo con la llamada sólo pretendía que ella supiese qué ocurre y que actuase como considerase, nada más. Ahora lo importante es que Pablo despierte, que vuelva, que la vida triunfe. No está siendo fácil, pero bueno, confío en que salgamos de esta, Gonzalo pues imagínate con todo lo que ha venido por su parte. Gracias. Un abrazo de los dos.
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