Es la última palabra que han dejado por aquí: secreto. Secreto nos deja en el aire lo escondido, lo ignoto, lo reservado del saber ajeno. Al final esto se publica en miércoles, con diversos secretos de por medio. El secreto es lo que queda entre tú y yo. Aquí y hoy, nos encontramos con nuestros secretos porque... ¿quién no tiene un secreto? El secreto y lo reprimido se palpan. Habla de lo íntimo y la individualidad, la decisión tomada por uno mismo en la que decide qué contar y qué custodiar. Es la contineda de la autonomía del Yo frente al Otro, la conquista del deseo de autonomía del niño frente a la contradicción del deseo de la madre. El organizar el Yo y protegerlo de los demás. Me refiero al secreto que sostiene, no al secreto que afecta, a lo compartido y silenciado en la historia. Los secretos de familia, daría para escribir hojas y hojas, lo consabido de antigüo, la orden tácita de no hablarlo todos juntos a fin de no romper la estructura, excluyendo la posibilidad de darle nombre y ponerle palabra. Queda ahí, entre lo silenciado, lo reprimido o lo repudiado. Es el secreto silenciado que contiene un trozo de historia el que anula la capacidad de historizar del yo. El eterno retorno que trasforma el pasado en un siempre presente. Desvelar conlleva que vuelva a haber historia donde hay repetición. ¿Qué ocurre con los secretos que son nuestros y sólo nuestros? Esos que no podemos desvelar por el miedo a hacer daño. ¡Cuánto peso pueden lastrar! ¿Cuánta información hay encriptada en cada uno de nosotros? ¿Por qué surge el secreto? Me vuelvo confidente de lo escuchado. Información restringida de empresas y gobiernos purula a nuestro alrededor sin darnos cuenta. El secreto pertenece al grupo, o a la persona, con todo su derecho. "¿Y cómo no me lo ha contado?" -pregunta con algo de resquemor-, quizás con la demanada inconsciente de un hueco en el lugar del confidente, con toda la confianza y lealtad que se le otorga y se espera de éste. Tengo un secreto contigo, otro con ella, otro que es sólo nuestro, dá igual donde vayas, dá igual donde yo esté... Hay secretos que se irán a la tumba sin haber sido confesados...
Qué cosas, yo tb dejé esta palabra hace nada :)
ResponderEliminarQué bien has explicado la palabras. Y es que es verdad, quién no tiene un secreto?????, ES algo que pertenece a lo mas íntimo.
ResponderEliminarGracias por este secreto que nos has contado en forma de entrada.
Un beso.
Te dejo una palabra:
Locura
Demasiados secretos, demasiados tipos de secretos...
ResponderEliminarbuena entrada :D
un besito!
La vida es un festival de secretos.
ResponderEliminarUn beso guapa!♥
Como bien dices, quien no tiene un secreto en su vida? Pero creo que eso dice mucho de nosotros...
ResponderEliminarIgual que las familias, jajaja, imprimen carácter, es su particularidad.
Un besote galleguiña, y disfruta del tiempazo que estás teniendo!
good blog in think that we should no unveil secrets. if you have a close friend would be a different thing you can count who kisses
ResponderEliminarOjizarka, qué fallo!! acabo de editar e incluirte ahora mismo, no puedes faltar!! un besito guapa ;)
ResponderEliminarRose, como siempre gracias. Gracias a ti por compartir secretos ;) brindemos por muchos más años y por muchos más secretos. mua!
Agnes, cuánto tiempo! qué bueno verte por aquí! sí, demasiados secretos... mua, mua!
Lau!! tú y tus bellas frases, me ha encantado esta, anotada queda... mua!!
Latrís, por supuesto, imprimen mucho en nosotros casi sin darnos cuenta. Un abrazo enorme guapa! mua!
El mejor secreto es el que comparte. Pero sólo con una persona, de lo contrario dejaría de ser un secreto.
ResponderEliminarCaramba con los secretos, y a veces ¿por qué compartimos secretos distintos con diversas personas? Yo creo que lo peor del secreto es ese que realmente no contamos a nadie pero al mismo tiempo es un lastre que arrastramos ¿será por desconfianza que no lo contamos? Un beso. Ana.
ResponderEliminarMe encanta cómo te has expresado. Exacto, ¿quién no tiene un secreto?, ¿o dos?, ¿o cien? Y algo también MUY importante... ¿quién tiene a alguien para compartirlo? Los secretos más íntimos, los secretos que quedan en uno mismo pueden crear frustraciones. Los que quedan entre dos personas (y sólo dos) afianzan el lazo de cariño inigualable respecto a los demás, mutuo, guardado, y que, con una simple mirada, se revela cómplice. La traición a ese secreto crea el sentimiento de vacío, de desasosiego y de pérdida de credibilidad en el mundo. Por eso, tener a alguien con quien compartir un secreto y que lo guarde para siempre es encontrarte con un ser especial, sin título posible. Alguien a quien algunos de nosotros necesitamos.
ResponderEliminarUn beso.
l
ResponderEliminarHola Estrógena!! Quizás no te acuerdes de mí, pero he vuelto a darle vida a mi blog y no podía faltar a la cita con tu sofá para hablar.
ResponderEliminarLa verdad esque me cuesta compartir secretos... no se porqué... Deberé practicarlo más.
Un beso :)
Con la desgracia de las redes 'sociales', queda cada vez menos espacio para los 'secretos' y el ser uno mismo y no el personaje que nos creemos.
ResponderEliminarLamentablemente hablando...
Saludos
J.
Teresa- claro que te recuerdo!! me alegro mucho de tu vuelta, bienvenida de nuevo. Nos leemos. mua guapa!
ResponderEliminarJ.A.García- sí, lamentablemente sí, cada vez es más complicado tener secretos, es la doble cara del mundo virtual. Me alegro de tenerte por aquí. Un saludo
Ssssssscccchhhhh... tenemos un secreto!!
ResponderEliminarLos mejores secretos... los inconfesables... cuantas cosas que no contamos nos llevaremos a la tumba! un besito guapa
ResponderEliminarST
Pablo: tenemos muuuuuchos secretos ;)
ResponderEliminarST: cuántos nos llevaremos... las tumbas están llenas de secretos. Mua!!