Una esquina de la Calle Real a plena luz de un mediodía de Julio. Las casas antiguas tienen para mi algo especial. Pienso en todo lo que allí ha sucedido, todos los que por allí pasaron... Bueno o malo, todo lo que se ha quedado entre esas paredes que parece que por momentos casi logran contar. Una lástima porque algunas tendrían mucho, pero que mucho, mucho que contar. Ahora que el alquiler es cada vez más usual, las fotos y las redes sociales harán el resto... ¿Te imaginas encontrarte dentro de algún tiempo, por casualidad, una foto de personas desconocidas en la que durante algún tiempo fue "tu" casa? Sucederá, sucederá.
Las llaves que abren mi casa, algún día abrieron la misma casa, pero una casa distinta a la vez. Abrieron la casa de otras personas, que no estaba como lo está ahora, que no olía como huele ahora. Era la misma puerta de la misma casa, pero un hogar distinto con una historia diferente. Y algún día, esa llave abrirá la misma puerta de esta misma casa, que ya no será "mía" sino de otra persona. Y que ya no será (exactamente) esta casa, sino otra a pesar de ser la misma.
Es así como las personas somos las que realmente damos vida a lo inerte. Somos nosotros con todos los matices de nuestra historia los que creamos la biografía de las cosas. Por más que lo fantaseemos una casa, un paragüero, un mantel o una lámpara no tienen vida. Sin embargo, nos empeñamos en ver más de lo que se ve, quizás porque queremos emular a las personas en las cosas. Por ejemplo, este mantel ha sido confeccionado con mucho amor por mamá; propio para un picnic ahora que estamos en pleno verano. Quiero usarlo, disfrutarlo, llevarlo a muchos lugares diferentes, que se ensucie, lavarlo, volver a utilizarlo... Quiero que pasen los años y seguir usándolo, verlo viejecito y desgastado. Ver cómo los años, las conversaciones y las risas en las comidas han pasado también por el. Y pensar que el también tendría mucho que contar.
Cuando era pequeña, durante mis primeros años, siempre llevaba un lazo a un lado de la cabeza, agarrando un poco de pelo. Tenía una caja con un montón de lazos, que variaban según el día. El otro día encontré este lazo, era uno de mis favoritos. El también tiene mucha historia. Y esta es una vela aromática con notas florales, cítricas y un toquecito de vainilla; es un regalo de una persona que recuerdo en mi vida desde la infancia. Casualmente, la vela es para niños, pero ¿quién dice que a los adultos no nos puedan gustar las cosas que supuestamente son para niños? Un vela que habla de infancia en general y, a mi, de la mía en particular. Tenía que estar el lazo de la mía sí o sí. La historia continúa.
YH es que las cosas por sí mismas muchas veces son mucho más que cosas. Es un placer pasear por la ciudad y hacerlo con la vista alzada, mirando las fachadas de las cosas, disfrutándolas, apreciándolas e imaginándolas, dotándolas de vida, de esa vida que nos sugieren las formas que en su día el arquitecto ideó. A mí me encanta ver fotos antiguas de los lugares que me son familiares. Te transportan a esos momentos y te permiten imaginarlos a tu antojo.
ResponderEliminarBesos, seguro que estabas guapisísima con tus lacitos, jaja.
Sí, verdad? a veces las cosas son mucho más que cosas. Y las casas tienen algo especial... a mi también me encanta mirarlas y dotarlas de vida.
EliminarJajaja, un día os traeré hasta aquí alguna foto con mis lacitos para que os transportéis rápidamente a los ´80, jaja. Muuua!
Nunca me había parado a pensar en esas cosas, pero si que es cierto que antes q mi familia, en mi piso vivió otra familia que cuando tuvieron que mudarse hicieron realidad el sueño de mis padres de poder vivir donde vivimos ahora. Como dice mi madre: si las paredes hablaran...
ResponderEliminarUn beso bonita!
Ooooo... qué bonito! estar esperando llegar a una casa y que por fin puedas habitarla... Digo lo mismo que tu madre ;)
EliminarMuuua guapa!
Por este mismo motivo que tu expones me encantan los muebles vintage... muchas veces por las noches cuando estamos en el salón tranquilamente, mi marido y yo nos imaginamos por cuantas casas habrá pasado nuestro aparador nordico de los 50 o una mesa escandinava...que personas los habrán tenido, cómo serían sus casas... me encanta imaginarlo...
ResponderEliminarBienvenida Misislau! siiii, a mi también me encantan los muebles vintage, bueno, en general me encanta todo lo vintage, tan lleno de historia... invitan a jugar con la imaginación, la verdad es que sí :)
EliminarMuuua!
A mi me pasa lo mismo con los muebles. Por eso me gusta comprar cosas vintage. Imaginar quien ha disfrutado antes que yo de mi aparador nórdico de los 50 o una mesita escandinava...pensar en qué casas habrán estado...como han llegado hasta la mía y todo lo que habrán escuchado a lo largo de tantos años. Por eso las cosas antiguas tienen un valor especial, pero hay que saber reconocerlo y apreciarlo.
ResponderEliminarSiiii, yo pienso lo mismo, cuántas cosas habrán escuchado por el camino... Lo tienen, sin duda alguna, pero también es lo que tú dices, hay que saber reconocerlo y apreciarlo. Lo que muchos podrían considerar viejo y llevarlo a un contenedor, para mi tiene un encanto especial.
EliminarMe alegra ver gente nueva por este sofá para hablar, serás bienvenida siempre que quieras :)
Muuua!
Qué bonito lo que has escrito....me encanta la biografía de las cosas...
ResponderEliminarMuchas veces, esas cosas que nos gustan, un mantel, un lazo, una vela, un vestido...no los usamos ( al menos en mi caso) porque nos da como pena que se estropee, que se rompa..."que se use", pero llevas toda la razón...
El mantel que hizo mamá, esa vela que te regalaron, los lazos(yo tb llevaba!!!!!!!!! jajajajajaa ), los vestidos, y las cosas que nos regalan tenemos que usarlo todo, darle vida, y hacer a todas esas cosas, partícipes de nuestra biografía...
UN besazo, me encanta leerte, ya lo sabes.
Ahhhh y a mi también me encantan las casas, las fachadas...inventarme historias y con algunas, soñar.
Siiii, a mi me pasaba lo mismo con algunas cosas, de hecho cada vez menos pero aún me pasa de vez en cuando... que no quieres que se termine, que se estropee... pero hay que darle vida, usarlo, mimarlo pero no dejarlo en un cajón. Será así como cogerá la historia que luego tendrá.
EliminarY a mi que vengas a visitarme, me encanta.
Pues nada, sigamos inventando historias sobre casas, sigamos usando las cosas viejas y sigamos soñando :)
Muuuua!!
Somos nuestra propia consecuencia. De lo que vivimos nos haremos mejores.
ResponderEliminarCierto, totalmente. Todo eso es lo que nos construye en lo que somos hoy... :)
EliminarLucía tiene lindos recuerdos, de una bonita historia familiar al parecer..será por eso que es siempre positiva?...Es muy cierto, somos las personas quienes de damos el valor a las cosas...Deberías de usar nuevamente ese lazo...
ResponderEliminarBendiciones...
Sí, supongo que hay recuerdos de muy pequeña que no somos nosotros los que los confeccionamos sino esos mayores que en ese momento nos rodeaban. Lo de ser positivo, quizás sí, quizás sea de familia, jeje. Jajaja, no sé yo cómo me quedaría a estas alturas, jeje.
EliminarUn saludo
He llegado aquí por casualidad y he decidido quedarme. Un besito :)
ResponderEliminarSiiiiii, bienvenida! cuando quieras, aquí tendrás tu lugar.
EliminarOtro para ti :)
Yo disfruto mucho mirando los edificios viejos, cuanto más viejos mejor, e imaginando qué quedará dentro y en qué estado. Para mí es un vicio. Pagaría por poder entrar en esas casas y fotografiarlas. Es un sueño.
ResponderEliminarY sí, las cosas de para niños tienen un nosequé maravilloso del que carecen las concebidas para los adultos, y por eso nos atraen tanto.
Siiiii, yo también!! me encanta :) tenemos que colarnos en alguno porque las fotos podrían dar mucho de sí :)
EliminarVerdad? a mi me pasa lo mismo, llama mi atención de una forma increíble.
Muuua guapa!