14 de julio de 2009
Un payaso triste
¿Te imaginas un trabajo en el que tu función fuese hacer reír a los demás? Una de las profesiones de las que algún inepto se mofa, de la que algún amargado mira con malos ojos y, de la que los más sabios saben aprovechar y los más valientes saben trabajar. Y es que casi nadie repara en lo que se esconde tras esa nariz redonda de plástico, esa peluca de colores y esas capas de maquillaje, un día gris, ganas de llorar, y a veces, la peor de las tristezas: la soledad. Todo ello a cambio de unas sonrisas momentáneas. Saber que el uniforme es un traje de colores y obligatorio ir maquillado llamativamente. La insignia será una flor por la que a veces se escapa alguna gota de agua pícara, y las propinas aquí son sonrisa. Las mejores propinas son las que salen del corazón y, estas, además de formas inesperada...Parece que en estos tiempos hemos olvidado el valor de una sonrisa sincera para resaltar el precio de una casa hipotecada. En esta profesión todavía quedan los que valoran el antecesor del lenguaje en el humano: la risa.
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Aprendí a reirme contigo y tb aprendí lo importante que es a veces reírse de uno mismo,me gusta reirme contigo!!!!!jajaja!!
ResponderEliminarla risa no sale de los demás, sale de uno mismo.
ResponderEliminarlo importante es que sea como sea...la risa mueva el mundo
ResponderEliminareso, que la risa mueva el mundo, ya sabes, multiplícate!!jeje. ¿por qué en vez de hablar de risa, los que divagan sobre ella, no se rien y punto?
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