30 de julio de 2009

A unas horas de las vacaciones...

Casi sumegida en el sueño precoz con el cansancio añadido de ser jueves y tras una tarde de piscina, me enfrento a la última noche antes de las deseadas vacaciones. Ejecutando la acción de activar la opción despertador del móvil pensando que quedan muchas noches en las que ese gesto habrá desaparecido. Es placentero sólo el pensamiento de saber que las vacaciones están a tan sólo unas horas y, con ellas el descanso, el poder hacer lo quiera, cuando quiera, como quiera...vamos, lo que suelo hacer el resto del año, pero aún más acentuado...En definitiva, sentirte libre dentro de la burbuja en la que queramos o no tenemos que vivir, pero libre al fin y al cabo. Por otra parte echaré de menos a muchos de ellos, de los que me rodean en el día a día, más de los que cualquiera se imagina. Recuerdo las vacaciones en mis diferentes etapas: en la infancia, la casa de los abuelos, los campamentos, los cuadernos de vacaciones, la playa... En la adolescencia, sin cuadernos de vacaciones, con libros por placer, la radio en las noches de verano hasta muy tarde, postales, la playa... En la juventud estudiantil, con viajes, nuevas ciudades, noches de calor en la terraza,tantos días de vacaciones seguidos donde no sabías muy bien cuando era lunes, viernes, o miércoles, los apuntes en las noches también, la playa de nuevo... Y en esta otra etapa de transición entre lo estudiantil y lo que le sigue, donde la organización se hace su hueco y los días de vacaciones no son ni la mitad, donde sabes que es lunes porque el deber te llama, donde las noches siguen siendo calurosas pero ya no se extienden hasta tan tarde porque el día siguiente empieza más temprano que antes, donde aprecias más el valioso reloj porque tienes menos tiempo por delante, y la playa sigue ahí...como un elemento presente en toda mi existencia, siendo parte de mi. Qué bella sensación sentir que llegan las vacaciones pero no son el sinónimo se sacarme una losa de encima, sino de hacer un pequeño paréntesis en el camino para renovarme y volver aún con más ganas de las que tengo ahora. Feliz porque llegan, pero con un poco de nostalgia porque aún no me he ido y ya estoy echando de menos esas horas compartidas con todos ellos. Feliz por el deber cumplido. Y feliz también por todas las experiencias que llegan en este mes donde lo único que tengo que hacer es, como dije en un post anterior, ser feliz. Y tú, que me estás leyendo, también. Felices vacaciones.

1 comentario:

Cuenta lo que quieras, recuerda que esto es "un sofá para hablar"...

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