De vuelta de Amsterdam

De vuelta de otro viaje a Amsterdam. Adoro esta ciudad, me encantó desde el minuto uno y cada vez que regreso me traigo más momentos para el recuerdo, más descubrimientos de calles, de tiendas, de mercados, de esquinas que no pasan desapercibidas a mi mirada. He vuelto con ganas de regresar de nuevo. ¿Para cuándo otra vez Amsterdam? Os dejo algunas de las muchas imágenes tomadas, imposible resistirse ante tanto encanto. En esa ciudad se respira calma. En esta época cuantan con diecisiete horas de luz, con temperaturas agradables, parques llenos de vida, sin humo, sin apenas ruído, cafés que invitan a quedarte en su terraza viendo la gente pasar... Uno de los viajes en los que siempre dá pena que llegue el final. Amsterdam es mucho más que distrito rojo y cannabis, mucho más que tulipanes y quesos, mucho más que bicis y jóvenes. Amsterdam es todo eso y mucho más. Una bici llena de flores... Con cubre-sillín y cartera en estampado kitsch, tan popular allí y por supuesto, llena de flores!!

Tulipanes, no podían faltar... A partir de mitad de Mayo están cerrados los campos de tulipanes, pero a pesar de eso pueden encontrarse en cualquier mercado.

Una tienda vintage descubierta en este viaje, preciosa!! cómo me gusta descubrir sitios como este. Tenían parte de segunda mano, parte de ropa nueva, y al fondo un atelier dentro de la propia tienda en la que estaban dos modista-diseñadoras arreglando todo lo que llegaba. En el canal de Prinsengracht.

Esta de arriba, mi casa en Amsterdam... ¿por qué ir a hotel si puedes ir a una casa? sobretodo en ciudades como esta merece la pena vivir como un ciudadano más. Con su patio hacia la parte de atrás, por supuesto, sin ascensor, con las ventanas enormes por las que pasa toda la claridad sin vergüenza. Yo quiero una casa así, jeje.

En el segundo patio más antigüo de Amsterdam, casas del 1600 y un patio en el que se respira calma e historia a partes iguales. Una pajarita de terciopelo azul comprada en una tienda de las llamadas 9 Straatjes (9 calles) quizás las calles con más encanto de todo el mundo. Puede parecer una exageración pero no lo es. Unas calles de casas bajas, sin más ruído que el de los viandantes y bicis que viene y van. Y en los bajos tiendas vintage, cafés con historia, tiendas de segunda mano, de diseño...