Tú fuego y yo aire. Tú calma y yo tempestad. Yo soy un junio que se enciende y tú una tarde de noviembre. Tú eres bosque. Yo mar. Tú los cuerpos y yo las mentes. Tú en noches silenciosas y yo en mediodías con siesta. Tú eres los ojos que todo lo ven. Yo los oídos que todo lo escuchan. Validamos y refutamos nuestras hipótesis. Los dos hacemos nuestro propio diagnóstico diferencial, cada uno con sus métodos. Y sin saber porqué te encuentro frente a mi como si nos uniese algo más que... algo más. A pesar de todas las disimilitudes hemos tropezado por casualidad. Nuestros asientos estaban contiguos por casualidad. Y es que cuando la casualidad nos busca siempre consigue encontrarnos.
16 de julio de 2010
Tropiezo contigo...
Tropezarme contigo posiblemente haya sido el mejor imprevisto de los últimos tiempos. Tropezar en el sentido literal de la palabra, en aquel hall de aeropuerto ante mostradores que facturan maletas al país de nunca jamás, y pasajeros que van y vuelven. A veces los choques provocan encuentros interesantes... Y de alguna forma colisionaste en mi vida como una bocanada de aire frío que se tornaba tibio en cada paso. La casualidad a veces es un arma potente que dispara en una única dirección. Volamos desde el mismo punto a hacia el mismo punto b, rayas paralelas, cada uno por su lado pero juntos a la vez. Inconscientes del presente disfrazado. Tú en una fila y un asiento. Yo en el 17A. Terminaríamos siendo partes colindantes. Recordabas mi cara mientras te dejaba pasar. Recordaba tu cara en pleno choque. En un avión medio lleno. En un avión medio vacío. ¿Quién tomará la palabra? ¿Acaso alguien hablará? ........... Cualquier tema puede ser un gran tema mientras eso haga que ese punto b al que volamos parezca más cerca de lo esperado. Hablamos de lo trivial, de lo mundano. De lo tuyo y de lo mío. Hablamos de todo pero de lejos. Tú dices. Yo digo. Aquello no era un flechazo, el amor no llega en la primera perspectiva. El amor, de surgir siempre lo hace después. Conociéndote, y conociéndome contigo, en cada risa que ha brotado. En cada una de tus cosas. En cada milímetro cuadrado de tu barba que no quiere ser barba y se hace exploradora de besos que no llegan a su destino. A veces, uno puede intuir los latidos sin usar tu fonendo. A veces, teniendo todas las palabras te acapara el mutismo. Y entonces caminamos con quietud yo siguiéndote a ti, mientras tú me custodias, con destino desconocido, sin saber a dónde nos dirigimos. El viaje es una incógnita. Las últimas nubes que atravesabamos apuraban en ti la pregunta que descifrase la clave para volver a tropezarnos en cualquiera de las formas. Lo hubiese dejado allí, con la duda de qué hubiese pasado después, dejando el fin en el aterrizaje. Una historia fugaz y sorprendente al mismo tiempo. Ahora el final ya no podrá ser ese. Supongo que no serás tú quién pisará el freno. ¿Qué nos aunó en un mismo vuelo? ¿los mismos deseos? ¿las mismas canciones?
¿casualidad o destino? ¿qué final le ponemos a esto?
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Qué bonito!
ResponderEliminarPor un momento me has hecho viajar a mí también.
Besos!
hola!!me ha encantado, pq cada vez que alguien me cuenta algo que tiene que ver con esncuentros y destino te juro que me pone la piel de gallina, pq a mi el destino me tiene siempre fascinada, muchas veces intento luchar contra él.
ResponderEliminarY ahora que final tiene tu historia?un besazo guapa!!!
Hummmm, que encuentro!!!, me gusta, y tiene que ser excitante algo así, algo evocarlo.Creo que la casualidad no existe, creo en la causalidad, todo responde a algo, así lo veo. Ese encuentro que si deriva o no en algo mas es por algo, todo pasa por algo, Jorge Drexler dice: Nada se pierde, todo se transforma..., y es cierto, así que enhorabuena porque encuentros así merecen la pena, y como tú los cuentas mucho mas. Un besito y feliz finde
ResponderEliminarHummmm, que encuentro!!!, me gusta, y tiene que ser excitante algo así, algo evocarlo.Creo que la casualidad no existe, creo en la causalidad, todo responde a algo, así lo veo. Ese encuentro que si deriva o no en algo mas es por algo, todo pasa por algo, Jorge Drexler dice: Nada se pierde, todo se transforma..., y es cierto, así que enhorabuena porque encuentros así merecen la pena, y como tú los cuentas mucho mas. Un besito y feliz finde
ResponderEliminarJolines, jolines... ¡Que emoción!
ResponderEliminarTransmites tantas cosas con las palabras.
Lamento no haberme pasado ultimamente por este sofá pero voy a hacer un repaso de lo que me he perdido...
un besazo!!
Esta es una de esas historias para ser vivida. Lo bueno es con tus palabras, quién lo lee parece que por un minuto estaba en ese mismo hall, en ese mismo avión, en esa misma fila, en ese mismo camino que continuó tras el aterrizaje... y es que a quién hubiese rechazado estar sentado en aquel asiento 17b??
ResponderEliminarEstas cosas sólo pueden pasarte a ti... aaahhaaahhaaahh!! ¿¿Los buscas o te encuentran?? la verdad es que yo coincido con comentarios anteriores, parece que estabamos allí viendo la historia. El final yo lo tengo claro, "fueron felices y comieron perdices" a mi es que me gustaban las historias que terminaban con final feliz. Buen finde, Cenicienta. un besito
ResponderEliminar¡Qué pasada! Un relato para ser vivido. Un beso, Ana
ResponderEliminarQuiero saber el final!!!!!! qué bonito, y qué cantidad de emociones :)
ResponderEliminarEstas historias a veces parecen magia, e imposibles, pero vivir algo así es único e indescriptible. Genial texto, como siempre.
Ah, y yo esto lo veo más destino que otra cosa ;)
Y ya de paso te dejo mi próxima palabra: FANTASÍA.
besos!!!!!!
Pues mi niña dimelo...dame ideas un besin
ResponderEliminarTía, te has superado, en serio.
ResponderEliminarDisfruto muchísimo con tus posts, eres increíble,.
Un beso grande, Chic and Chocolate.
yo tambien estaba en el 17b mientras leia , mirandote de reojo...y emocionada con la historia
ResponderEliminarsimplemente precioso lo que escribes,