

Hay palabras que nos rodean desde que se desarrolla el lenguaje y usamos a diario pero, si reflexionamos un poco sobre ellas nos adentramos en la más pura confusión. Una de esas palabras podría ser familia. Es complicado aclarar lo que es y no es familia, le siguen otras palabras de forma inherente. Unas nos las trae el inconsciente, otras las perspectivas ajenas. Llegan algunas como sociedad, matrimonio, sangre, apellido, filiación... al final, limitan el intento de reflexión. Hay familias monoparentales, familias numerosas, familias homoparentales, familias extensas, familias que se bifurcan para volver a encontrarse, familias... Hay tantas formas de familias como familias existen. Hoy y aquí, la familia en el sofá.
Una institución social basada en vínculos de afinidad o consaguinidad, podríamos reducirlo a eso. Y como social que es, su forma depende de la sociedad, la cultura o la época en la que vive. Debe evolucionar y adaptarse a ellas. Una familia india no es igual que una familia americana. Una familia de la época medieval no se parece en nada a una actual, o quizás algunas sí. ¿Pero acaso nuestra familia es parecida a la del vecino? El unirnos en matrimonio no nos hace pareja, igual que el tener un hijo no nos hace padres. Necesitamos algo más, quizás sea el amor. Parece que al final es lo que nos une. La familia es de dónde venimos, dónde comienza nuestra historia. Y repito, dónde comienza nuestra historia, luego podremos llevarla a donde queramos, hacerla y deshacerla, caminarla por donde decidamos, y en todo ese proceso tal vez formemos otra familia. Tal vez seamos parte, activa o pasiva, de otra familia distinta. Mezcla y más mezcla, eso somos. Volvemos al árbol donde nos situaron al comienzo. Y entonces esta nueva, ¿cómo le llamaremos? ¿nuestra familia? ¿pero la "nuestra" no era la que conocimos cuando nacimos? Quizás es que la familia cambia a lo largo de la vida, se amplia, se deforma, se acorta, se expande. Incluso hay algunas que desaparecen, ellas y todos sus apellidos. Está mi familia, mi otra familia, la familia política, la familia amiga, la familia desaparecida... Todos saben quiénes son, estamos conectados, desde los pequeños hasta los más ancianos. Con algunos comparto sangre y apellidos, con otros ninguno de los dos, pero familia al fin y al cabo. Nos iremos y quedará nuestro legado, y siempre he creído que la mejor herencia que puede recibir un hijo sea un momento cuidado cada día. Porque hay algo que nadie ha podido escoger: la familia en la que ha nacido.
La palabra la deja Ojizarka, una de las primeras bloggers en añadirse a esta familia que poco a poco ha ido creciendo. ¿Y tu palabra? :)