La mamá, tras el entierro, anuncia a Marta la muerte de su tío: "El tío se ha ido al cielo, Marta, se ha muerto". Marta increpa sin llorar y con decepción, no siendo muy consciente de lo sucedido: "Vaya!! ¿así que se ha ido? ¿y cómo no me habéis avisado? No he podido llevarle flores". La madre contesta: "Bueno, ha sido así. Ahora ya lo sabes, de esto no volveremos a hablar, vale?". Esta escena es real, tan real como lo es Marta (aunque su nombre sea otro). Una parte de mi trabajo discurre entre ellas dos, como ayuda en su camino. A veces, este tipo de cosas logran pararme mientras el mundo dá una vuelta más.Escenas dolorosas casi todos las hemos atravesado. Si exploramos nuestras infancias, seguro que encontraremos alguna: una muerte de alguien querido, un accidente, un divorcio, la enfermedad interminable del abuelo o el cambio repentino de domicilio perdiendo el contacto con nuestro entorno más próximo. Suponemos que ese episodio rubricó nuestra vida o como mínimo, fue determinante en la continuación de nuestra historia. Sin embargo, muchas veces sucede que lo más traumático no fue el acontecimiento en sí, sino la falta de palabras que sólo dejaron hueco al silencio, alrededor de aquella situación desoladora; el desamparo y el aislamiento con el que se atravesó aquel período, o que nadie haya aclarado qué sucedía, o las mentiras en las que los adultos se escondían, o la tergiversación de la realidad que dejaba al niño falto de equilibrio, comprensión y resguardo. Por otra parte, desde lo subjetivo, un hecho doloroso lo podemos vivir como algo dañino, pero puede que objetivamente no sea así, o al menos no con tanta magnitud como nosotros lo percibimos. Por eso, es esencial que los adultos examinemos el significado amplio y perfecto que cada suceso trae implícito. Es imprescindible que ofrezcamos a los niños toda nuestra comprensión, toda la lógica e incluso toda la alegría que una pérdida trae consigo, si sabemos esperar. Ponerle palabra a lo que acontece, el cariño recibido en medio del dolor, la escucha y el cuidado, la atención y la custodia... se convierten en lo más valioso. Así, en un futuro, el niño recordará ese momento de pérdida, pero unido al amparo, a la afrontación y a la superación. Un hecho que le ha aportado crecimiento interior y fortaleza. El aislamiento al que a veces se somete a los niños, la desidia y la falta de contacto emocional es lo que verdaderamente puede dejarles heridos. No podemos dejar que suceda, no sólo los profesionales, sino las personas. Lo terrible no es la muerte en sí. Lo terrible es dejar a un niño solo, tremendamente solo con su soledad.
Qué gran texto Estrógena, y que identificada me he sentido con algunos párrafos. Todos a lo largo de nuestra vida acusamos situaciones así, ausencias, que en la infancia son difíciles de explicar pero que hay que hacer... Por suerte a mi me explicaron cosas, pero tal vez siempre quedan preguntas sin contestar... Me quedo con tu reflexión final.
ResponderEliminarComo siempre me ha encantado. Un beso y feliz semana.
Aprovecho y te dejo una palabra:
Saturada
Qué buena esta entrada Estrógnea (creo que siempre te digo lo mismo, pero es que cuando termino de leerte, digo qué bueno estuvo esto!!) Tu reflexión siempre ayuda a la propia reflexión y eso se agradece.
ResponderEliminarUno como padre o docente, o familiar de niños, en determinados momentos y sumido en el propio dolor, no sabemos actuar debidamente pensando en ellos, mas que en nosotros, pero es bueno tener un momento de claridad y ver por encima de nuestro desasociego y ver que ellos están con menos herramientas que nosotros que somos adultos para superar el mal trago y estar mas cerca de ellos.
Un abrazo!
De aquí no sólo sacamos que esto lo escribe un profesional que trabaja con niños, sino que para escribir esto tienen que encantarle. Triste sería una palabra para el texto, pero la dulzura se escapa por cada una de las letras.bess
ResponderEliminarj.
Supongo que todos los que trabajan con niños deberían de tener este planteamiento,pero no sólo los psicólogos, los logopedas, los educadores... sino los PADRES, esos que como tú dices, no necesitan de ningún carnet para tener hijos, esos tendrían que ser los primeros en poner todo esto en práctica. A mi me viene todo perfecto, tú no quieres tener hijos y yo lo tengo decidido: tú serás la madrina!!No existe mejor opción.
ResponderEliminarUn besito enorme guapetona
Está claro que el día de tu cumpleaños fue una brutal coincidencia con el día de los niños víctimas de agresión, como un día contabas.Casualidades. Es que claro, nos cuentas esto, te vemos entre las que tú dices tus bolitas y luego nos dices que de niños nada de nada, y nos perdemos, ja, ja, ja... No sigo, sabes que lo tengo comprendido.
ResponderEliminar¿Quién no quiere ser niño y tener a alguien así al lado? bueno, o ser mayor y tener a alguien así tampoco está mal... Eres enorme...
Bonita, muy bonita, como todas tus entradas. Creo que nadie puede enfrentarse a un niño sin estar preparado, porque hay demasiados niños grandes en este mundo.
ResponderEliminarOpino que los profesionales deberían educar también a los mayores (en edad). Desgraciadamente en este mundo hay demasiados analfabetos, que hoy en día no son los que no saben leer, sino los que no quieren leer. Es más cómodo sentarse ante un televisor y llorar con las películas en las que las tragedias les ocurren a los demás.
Pusu.
Una gran entrada. Incluso la aplico para el mundo adulto en el que también a veces pasamos por los duelos sin hablarlos con naturalidad y se quedan enquistados...quizá sean herencias de episodios de la niñez. Saludos!
ResponderEliminarRose: Muchas gracias. Sí, claro, siempre hay preguntas por responder, pero bueno, nada malo mientras haya ganas de querer buscar la respuesta. Gracias por la palabra. mua!!
ResponderEliminarPato: Gracias, siempre un placer leerte por aquí. Cierto, el niño suele ser el olvidado, olvidándose el adulto de que el pequeño está desprovisto de herramientas para salir a la superficie.mua!!
j: Bueno, en mi trabajo hay más que niños,pero con ellos todo es más sencillo. Nos entendemos perfectamente ;) Creo que no se trata de que te encanten, sino que creo que demasiadas veces juegan con desventaja con esos que han decidido traerlos aquí... en fin... :( mua!!
Julia: Ay... te mato!jajaja, ¿cómo me dices aquí esto? van a pensar que odio a los padres del mundo entero... y no, para nada, jaja. Bueno, bien, me parece bien... tendré que valorarlo... depende, depende... ;) mua!!
ResponderEliminarPablo: ¿Pero qué pasa hoy aquí? ¿por qué hablamos de mi? jajaja... Lo tienes comprendido, me alegro entonces. Ya sabes, a mi me gustan los niños pero a partir de 22, entonces perfecto! jajaja... uuuuyyyy... terreno complicado! jajaja... mua!
Sbm: Gracias :) Los niños grandes, no puedo!! porque tienen lo peor de los niños y lo peor de los grandes. Sí, los profesionales pueden hacerlo, pero para ello tienen que querer, eso es... complicado. Sufrir de la desgracia del otro, es sólo evitar pensar en la propia. Los niños son más sencillos, lloran por lo suyo, sin vueltas. Pusu!
messmes: Gracias. Claro, hay tanta infancia en la madurez... Con el tiempo parece que en vez adquirir estrategias,se vuelve más complicado colocarse ante ciertas cosas. Un abrazo.
Hablamos de ti porque nos apetece, ja, ja, ja... ¿sí? te gustan a partir de 22, ay! tus amigos gays han hecho mucho daño en tu desarrollo, ja, ja, ja... Terreno complicado nada, señorita Estrógena.
ResponderEliminarPodría decirte tantas cosas, tales como las que te digo algunas veces cuando te cuento que te leo. No comento pero sabes que te leemos. Pero esta vez ha sido diferente, siento la necesidad de escribir aquí, no tengo tu facilidad para hablar ni para escribir, pero sobretodo, lo que me encanta es tu facilidad para trasmitir, tu energía y tu alegría, que día tras día, año tras año no veo que se apague. Eso es maravilloso. Cuando tu hijo tiene algún tipo de problema te quedas perdido, sin saber qué hacer y con mucho miedo, y tú me has dado calma, ganas, mimo. Unos ojos que nunca dejaron de brillar. Fuiste y eres más que una ayuda, lo mismo que seguro eres para mucho otros padres o no padres, que llegan a ti. Me has movido tanto al leerte, porque lo mejor es que sé que detrás de todas estas letras hay alguien que lo dice de verdad, y que sabe tratar a niños y grandes con una dulzura especial, de verdad, no sabes lo bonito que es encontrar que siempre hay una sonrisa y un mimo al otro lado. Ver como las malas épocas pasan, como ya uno no se pone triste sino que tiene ganas de mejorar, como me explicaste que aquel rechazo era normal y había que soltar la culpa, como ver que ya no sientes rechazo por tu hijo y por todo, sino ganas de trabajar juntos, como mejora él, como sabes alentarnos. Hay tantas cosas que están fuera de lo profesional y nos has dado con el corazón, que nunca me cansaré de decir GRACIAS.
ResponderEliminarPablo: bien, si os apetece entonces nada, seguimos, jajaja. Aaaaaayyyy... estás como un cencerro!! y está mal que yo diga esto!jajaja...
ResponderEliminarAnónimo: ooooo... acabo de leer esto ahora y... ha sido más que una bella sorpresa encontrar tus palabras aquí. Bienvenida, porque sé quién eres, sin duda, sé que sí, pero no pondré tu nombre porque tú tampoco lo has puesto. El comentario ha sido el mejor de los estrenos. Tú sí que me has movido... :´( No importa la facilidad, cada uno cuenta como quiere, sólo hay que tener ganas de contar algo y contarlo, no hay más.Tú lo has hecho y es perfecto, a mi me has llegado, sin duda que sí. Nooooooo, yo creo que he dado todo aquello que tenía que dar, sin más, sin vueltas, sólo he sido yo, por eso no creo que haya nada que agradecer. En todo caso, gracias a ti por haberme dejado ser yo. Créeme que también es bonito ver cómo todo se arma, como toma forma, como con el corazón las cosas nunca salen mal. Un besazo enorme a los dos, bueno, a los 3, jeje.
lo terrible no es quedarse solo, es sentirse solo.No entender las cosas, la mentira ( por muy piadosa que sea) hacen daño seas niño o no.
ResponderEliminarYa lo dice el dicho... mas vale ser crudo y no decir una verdad a medias, porque al final, al descubrir la verdad el dolor es doble: por la verdad ( que no gusta) y por la mentira.
Me gusta mucho como escribes, cada dia mas... no todo el mundo tenemos ese don! ;)
Un besazo estrogena.
ST
ST: qué vergüenza!! Sonrojada con estos comentarios, y es que claro, tú me lees con buenos ojos, jeje. Y sí, qué terrible sentirse solo, sobretodo siendo niño, al fin y al cabo, el niño se ve desprovisto de herramientas para escapar. Un abrazo enooorme linda!!
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