Porque parece que hoy el amor está en el aire... y que como las nubes, mañana, pasado, y al otro, lo siga estando.
Nubes de invierno. La cristalera de mi salón con las cortinas abiertas deja que las encuentre a golpe de vista, sólo con levantar la mirada. Miran de reojo a este sofá, por momentos, parece que quisieran entrar. Nubes grises entre las que se atisba un rayo de sol. Hace tiempo que quería hablar de nubes, de lo que son para mí, de lo que me evocan... porque justo detrás de esta pantalla hay una observadora de nubes. Aquí y hoy, nubes en el sofá.
Siempre me ha encantado contemplar nubes. Desconectarse del mundo, mirar y dejarse llevar. No hace falta más. El autor de este libro un día pensó que las nubes deberían de tener un hueco aquí, entre nosotros, para todos esos humanos que no miran al cielo, o para todos aquellos que miran sin admirar. Y , por supuesto, para todos los que percibimos algo más en esos cúmulos espumosos. Creó una Sociedad de Observación de Nubes y, de repente, los observadores de nubes se encontraban desde todas partes del mundo. (Aquí podéis saber algo más) Las nubes eran el vínculo que los ataba a la tierra. Todos tenemos derecho a encontrar nuestra nube y luego, perdernos en ella.
Hablar de nubes y no acordarnos de Magritte no tendría perdón. Ilusionismo en forma de nubes; esas nubes suyas que hacemos nuestras sólo con mirar uno de sus cuadros. Jugar a encontrar un sombrero, una manzana, o un país con forma de bota en el cielo, evade tanto que cuando uno vuelve a la realidad no recuerda dónde han quedado aquellas preocupaciones. Distrae y calma a partes iguales. Sin saberlo, enterramos el desasosiego, como cuando miramos al mar. Porque las nubes son para soñadores, y él seguro que era un soñador. Para crear todo lo que él creó hay que derrochar sueños.
Hablar de nubes y no acordarnos de Magritte no tendría perdón. Ilusionismo en forma de nubes; esas nubes suyas que hacemos nuestras sólo con mirar uno de sus cuadros. Jugar a encontrar un sombrero, una manzana, o un país con forma de bota en el cielo, evade tanto que cuando uno vuelve a la realidad no recuerda dónde han quedado aquellas preocupaciones. Distrae y calma a partes iguales. Sin saberlo, enterramos el desasosiego, como cuando miramos al mar. Porque las nubes son para soñadores, y él seguro que era un soñador. Para crear todo lo que él creó hay que derrochar sueños.
Amsterdam y sus nubes. Increíbles. Cuánto llamaron mi atención las primeras veces que visitaba esa ciudad. Pomposas en un cielo azul intenso. Estallaban los colores. Inspiración pura.
Pero las nubes pueden ser, también, un lugar a donde escaparse. Nubes que se vuelven refugios mientras nos abstraemos mirando al cielo que se nos torna pequeño. Un escondite para recogernos cuando el alma tirita. Nuestra parcela privada lejos de toda la realidad que nos rodea, esa empeñada en traspasar la barrera que divide el mundo compartido y el privado, el individual. El mundo que es solamente nuestro y que tantas veces se ve invadido. Un sofá puede ser nube. Una playa que se pierde en el mar. La música, una de mis nubes. Un libro. Incluso una conversación puede ser nube, y más sino es consciente de que está siendo refugio, toma de mayor forma el papel de nube. Basta una nube para hacer que el cielo se vuelva divertido. Y si se acaban las nubes siempre podremos crear nuestro cielo allá donde queramos. Y es que, ¿quién no ha querido, alguna vez, vivir en las nubes?
Ojizarka deja la palabra... gracias. Aquí las nubes en forma de palabras, ¿nos vas a dejar sin ellas?
"Veleros de las tormentas, se van las nubes" Jorge Cafrune.
ResponderEliminarMe encantan las nubes, como este, tu lugar. Una nube para dejarse llevar. Saludos.
ADoro la palabra nube, me encanta. Me gustaría muchas, muuuuuuchassss veces vivir en las nubes, cómo no.
ResponderEliminarTe dejo una palabra vértigo.BEsos
Me daría algo de miedito vivir en las nubes, mucho vértigo. Creo que mis nubes tienen más tierra que aire. Pero eso sí, desde la tierra, no hay cosa que más me guste que mirar las nubes y buscar mis criaturas jugando al escondite. Muak
ResponderEliminar"Un escondite para recogernos cuando el alma tirita"
ResponderEliminarQué VERDAD más grande.
www.xtasis.net
(:
Las nubes me recuerda el verano y el gotelé del apartamento de mis padres: siempre que me acostaba, con la cama pegada a la pared, trataba de distinguir las formas; eran nubecillas pintadas en relieve. Un montón de besos!
ResponderEliminarDarío: Ooooo... qué lindo Darío!! muchas gracias, "una nube para dejarse llevar", eso me gustaría que fuese esto para vosotros, tal y como lo es para mí. Mua!!
ResponderEliminarRose: Gracias por la palabra, otro blogger también ha dejado también esa palabra. Vivamos en las nubes entonces ;) Mua!!
Lamohino: Pero hay nubes que no dan vértigo, también hay nubes amables, jeje. Bien, juguemos entonces a buscar criaturas jugando al escondite. Mua!!
Egoitz: Me encanta cómo siempre eliges una de mis frases. Mua!!
Lili: Si es que ya digo que si se acaban las nubes podremos crear nuestro cielo allá donde queramos. Si es que nuestra Lili es una soñadora :) Mua guapa!!
Cuando era chica y hacía largos viajes en auto, miraba las nubes y trataba de encontrarles una forma. Veía figuras humanas, animales, etc.
ResponderEliminarEn realidad hoy día lo sigo haciendo :)
Saludo.
Yo tb adoro mirar al cielo, aunque no sé xq nunca he conseguido encontrar una forma conocida en ellas...
ResponderEliminarOtra cosa q me gusta d las nubes es lo q m dice la gente, q parece q estoy en las nubes, me puedo "ir" del sitio en el q esté (al menos mentalmente) y me transporto a mi nube particular, a mi sitio especial. Todos deberíamos tener nuestra propia nube :D
Precioso texto, gracias bonita. besines suaves como una nube a montón!
Especialmente me ha encantado esta entrada, porque las nubes son una de mis debilidades, en serio. Encantador.
ResponderEliminarAyer iba de viaje en autobus y vi unas nubes preciosas. Son hipnóticas. Lástima que no tenía cámara a mano para hacerles alguna foto. Sobre todo me gustan las nubes al atardecer, cuando están teñidas de rojo. La naturaleza es BELLA
ResponderEliminarun saludo
http://ventana-alvacio.blogspot.com/
A mí las nubes me recuerdan a un chiste gráfico de Perich. Caminaban un niño y su padre, y el padre, observando una nube le decía: "mira hijo, esa nube parece un caballo", y seguían paseando y el niño le decía a su padre: "mira papá, ese caballo se parece a una nube". Pues sí, las nubes son interpretables. A mí los cirros sólo me gustan cuando el sol los tiñe de sangre, prefiero los cúmulos de mi tierra en los equinoccios. ¡Qué maravilla!
ResponderEliminarUn beso. Como siempre, tus entradas tienen CLASE.
Un gran carnaval con mucha alegria !!
ResponderEliminarbesitosssssssss
La Chacha: Si es que ver nubes reconforta. Mua!!
ResponderEliminarOjizarka: Gracias por la palabra. Vamos a buscar nuestra propia nube :)) Muua!!
Paz y amor: Gracias guapa! mua!
Inma: Sí, desde luego, la naturaleza es bella. Y para muestra tenemos las nubes bailando en el cielo. Qué pena de la cámara, otro día será. Mua!!
Sbm: jajaja, muy bueno! Muuuchas gracias, eso sí que es todo un halago. Sí!! esos cúmulos en los equinoccios, increíbles! Mua!
Duendes: Gracias e igualmente. Feliz carnaval. Mua!!