18 de junio de 2009

Amsterdam y yo

A penas veinte horas para que comience la aventura. Una nueva experiencia. Otra ciudad en primavera dispuesta a abrazarla y quedarme dormida. Deseo verla de nuevo, conocerla una vez más y enamorarme otra vez tal y como me conquistó al primera vez. Es un lugar mágico. Convergen a la perfección tradición y modernidad sin molestarse por el idioma que hablan, el color que cubre su corazón o la bandera que hay ondeando. Una gran ciudad, capital del la libertad haciendose pasar en alguno de sus rincones por uno de esos pueblos donde todos se conocen y se saludan por la calle. Te sientes como en casa, con ganas de quedarte o, dentro de lo peor a poder volver. Un bello lugar donde celebrar mis veinticuatro primaveras. Celebrar que me reencuentro con Amsterdam, y por encontrarme de nuevo aquí mejor aún que la anterior vez. Celebrar que es primavera, pasear en bici con las princesas urbanas. Celebrar que habrá una próxima vez, pero esta la celebraremos como si fuese la clausura a un cuaderno de bitácora. Celebrar otro viaje llevándome el mejor souvenir posible: los buenos recuerdos en mi. Celebrar que todavía quedan lugares como este en el mundo donde poder escaparte y encontrarte de nuevo contigo mismo y, conocerte como antes, pero mejor.

1 comentario:

Cuenta lo que quieras, recuerda que esto es "un sofá para hablar"...

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