8 de diciembre de 2009

Un año jugando con el lenguaje

En este resumen del 2009 en forma de calendario de adviento en el blog sería imperdonable no nombrar al trabajo que me ha acompañado durante todos estos meses, y a todos que los que me he topado el camino, que a pesar de
los buenos y malos momentos, sólo por haberlos encontrado a todos ellos, han merecido la pena todos los días
feos. Han sabido borrar todas las jornadas grises. Tamaño de fuente
A miles de kilómetros de aquí recibo una llamada para concertar una entrevista, a la vuelta del viaje voy, y a las dos horas de la misma, una nueva llamada me confirma que en veinticuatro horas debería de estar allí... siiiiiiiii... fue un muy buen regalo de navidad, eso que no sabía toooooodo lo que allí me esperaría. Cuando trabajas con personas todo es distinto. Y cuando lo que trabajas es lenguaje y voz resalta con supremacía que son humanos por encima de todo. Luego llega el apego, siempre atado a nosotros y eso hace que, por muy pacientes o alumnos que sean, con algunos no podrás evitar que sean tu debilidad. Apego también atado a esos compañeros que comparten contigo el día a día, los cafés tras el recreo, las fiestas, las actuaciones del cole... Compartiendo risas complices.

Aprendí que a veces los días pasan rápido, tanto que no tenemos tiempo para valorar lo que tenemos... ¿cómo te quedarías si se fuese todo eso que te rodea y que ni siquiera tienes en cuenta?¿vacío?¿solo?¿triste?¿aliviado?¿alegre?¿lleno de rabia? Si piensas en eso te dás cuenta de que tienes mucho más de lo que crees y, quizás, lo valores mucho menos de lo que se merece. Ser feliz con las pequeñas cosas, es algo que me enseña día a día esta profesión. Ser feliz con el frío de diciembre, con los primeros rayos de abril, con las primeras margaritas, con un abrazo de mañana, cosiendo un botón, con el sol de frente... Esas pequeñas cosas son las que te harán entender y valorar los grandes momentos. Es triste que nos perdamos las pequeñas alegrías diarias esperando la gran felicidad.
Aprendí a esperar. A darle tiempo al tiempo. A dejar que todas las cosas tengan el suyo propio necesario para el cambio. Nada sucede de inmediato, no todo puede llegar a solucionarse en este instante. No todo va a acabarse ahora.
Aprendí a ver como los abrazos podían ser la mejor terapia contra la mala jornada. A ver cómo la risa era la distancia más corta entre ellos y nosotros.
Aprendí a dar las gracias al día a día, viendo como lo hacen todos ellos cada vez que ven que haces algo por ellos. Como su agradecimiento no necesita de palabras.
como la música llega a todos. Es esa la que puede llegar a cambiar mi día, esa que puede llevarme a echar fuera lo que no necesito: ese sonido, esa canción en el momento adecuado. Canciones que me han salvado al borde del abismo. Canciones que han cambiado mis peores días.
Estas son sólo algunas caras de todo el prisma. Es fantástico saber que todos los días aprenderás algo nuevo.
Ahora termina el año y llega el momento de las valoraciones, la mía creo que puede leerse entre líneas. Como dice el collage de fotos, vivir en el recuerdo es vivir dos veces, y ahora, nos llevamos una parcela de la que nadie podrá echarnos nunca: el recuerdo. Me voy con unas brujas sin escoba que saben que siempre tendré un abrazo para cada una, esté donde esté. Estén donde estén.

4 comentarios:

  1. Eres un ángel, realmente tu blog se ha convertido en uno de mis favoritos, tienes una sensibilidad única. Un beso muy fuerte
    paula de attitude at rome. (me lo ha enviado al mail y tenía que publicarlo, porque no todos los días alguien que te llama ángel...)GRACIAS

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  2. Tengo los pelos de punta... de verdad.

    No sé qué más decir. Es que ahora tengo los ojos brillantes. :)

    Me ha emocionado todo el mensaje, pero el final me deja un poco triste por algo que tengo cerca. "Nos llevamos una parcela de la que nadie podrá echarnos nunca: el recuerdo".
    Hay veces en las que por desgracia, no queda el recuerdo...

    Un abrazo,
    xxx

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  3. Me emociona que te emociones, y sobretodo que alguien dedique su tiempo a leerte.GRACIAS

    Sí, a veces no queda ni el recuerdo. Una paciente que tenía alzheimer en sus primeras fases, un día me dijo: "a veces mi memoria me es infiel". Ánimo a todos ellos, y a todos los que los cuidan y los rodean... Ánimo de corazón.

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  4. Siempre supe todo el amor que llevabas dentro... tal y como lo pintas nos apetece a todos dedicarnos a la psicología y al lenguaje con discapacitados... ojalá hubiese muchas personas con esa sensibilidad para dar cabida a esta educación, nunca mejor dicho, especial.

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Cuenta lo que quieras, recuerda que esto es "un sofá para hablar"...

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