El presente 2011 camina imparable hacia su cumpleaños y muerte. Visionando enero, febrero, marzo, abril... julio, agosto... lo vemos lejano y cercano a la vez. Pero casi siempre lo sentimos fugaz, el tiempo corriendo velozmente, sin que podamos hacer absolutamente nada nos hace sentir vulnerables. Nos lleva, nos coloca, a veces se para cuando más aburridos o impacientes estamos, otras se echa a correr cuando la película más nos está gustando. Y algún día nos dice: "es el último". Vulnerables en manos del señor cronos. Y sólo aceptando nuestra vulnerabilidad podremos palpar nuestra fortaleza. Por ello, aquí y hoy, vulnerabilidad.
Vulnerable, a disposición del viento, de la naturaleza, de las decisiones del otro e incluso de las nuestras. Vulnerable, sin poder saber lo que el otro piensa, quizás en un instante crucial en su vida. Vulnerable sin poder conmoverte como él se conmueve, aunque lo intentes. Expertos alpinistas dicen que cuando se superan los 7.000 metros uno depende de sí mismo. Pero los 7.000 metros pueden estar más cerca que esos colosos que se levantan en Nepal y alrededores. Ascendiendo nuestros diarios “ochomiles” propios, esfuerzo y altitud nos dejan a veces sin aire. Miramos atrás, sabiendo que no podremos volver al pasado, incluso puede que lo que nos encontremos no sea de nuestro agrado, o incluso peor, que nos impida seguir avanzando. Pero, cuando nadie nos ve, siempre terminamos mirando atrás. Reflexionando y deliberando sobre el más simple de los asuntos, podríamos llegar a la conclusión de que todo en esta vida se vuelve absurdo menos la vida en sí, sin ella no existiría la posibilidad de reflexionar ni de deliberar esos más simples asuntos que se nos tornan cotidianos. La vida, vivir, ese continuar la andanza, puede llegar a dar vértigo si uno la coloca pieza a pieza en silencio o, delante de un desconocido. Ese vértigo se sufre cuando se llega a lo más alto de lo que jamás se creyó alcanzar. Y un día aparecen las dificultades: nos preguntamos quiénes somos y a dónde vamos, también el cómo y el porqué. Sin embargo, nos zambullimos en cosas con verídica pasión en la que la mínima racionalización no sería ni pensable. Somos hinchas de un equipo de fútbol, seguidores de un grupo música; releemos algunos textos hasta que se guardan, sin darnos cuenta, en nuestra memoria; conocemos ciudades y lugares buscando el que nos susurre "quédate"; escalamos montañas, cantamos mientras ordenamos la habitación, y todas y cada una de esas acciones llenan nuestros vacíos y nos acompañan durante toda nuestra existencia. Encontramos el goce en compartirlas, pero el goce está en sentirnos menos solos de lo que realmente estamos. Las llenamos de significado y, sobretodo, calmamos nuestra angustia existencial con ellas. Porque así es como llegamos, como estamos y cómo nos iremos: solos. Y así es como somos: vulnerables. En el Himalaya o en el sofá del salón, en el quirófano o en la barra de cualquier bar. Y a veces, cuando más gente hay, más solos estamos. Será por eso que de vez en cuando, huimos hacia delante; y tal vez rebuscamos los lugares más aislados y lejanos: para poder encontrarnos y dejar de una vez de estar solos, porque es por esa soledad con nosotros mismos que somos tan vulnerables.
Gracias por la palabra ST. Con vuestras palabras nunca llega la soledad. Las palabras ahuyentan a la vulnerabilidad. Busco más palabras, las vuestras.
Gracias por la palabra ST. Con vuestras palabras nunca llega la soledad. Las palabras ahuyentan a la vulnerabilidad. Busco más palabras, las vuestras.
Siempre estamos haciendo alusión a lo rápido que pasa el tiempo: "qué larga se me ha hecho esta semana", "qué rapido se me ha pasado el finde", "qué rápido han pasado estos años"... me da miedo lo rápido que pasa el tiempo, y por ello nos sentimos vulnerables, creo que la mejor medicina para eso es vivir el presente intensamente ;)
ResponderEliminarun abrazo
http://ventana-alvacio.blogspot.com/
Tú dirías: "Oooooo... precioso!me ha encantado" Y eso es justo lo que digo yo, je, je... El texto, las imágenes, me lo quedo todo y enterito. Cuánto cuesta a veces no mirar atrás, cuánto cuesta a veces reconocer la vulnerabilidad, cuánto nos cuesta a veces encontrarnos.Has dado en el clavo.
ResponderEliminarUn Besito!
Si tienes razon en todo, no es lo mismo estar solo a querer soledad. A veces yo necesito esa soledad por ratos para respirar, para descargar, pero estar sola sola no no quisiera no me gusta alli es donde soy como bien lo dices vulnerable. Me encanto el posto mi linda muchas gracias por la invitacion a reflexionar implicita en el post.
ResponderEliminarBesotes gigantes!
Ser vulnerables nos permite tener sensaciones, y así sentir lo agridulce de la vida pero con toda la riqueza de sabores. Si aún no me sorprendieran las cosas o no algunas no me dolieran, me preocuparía. Lo que sí he aprendido es a sufrir, o más bien PREOCUPARME, por lo que de verdad vale la pena, y no son tantas cosas al fin de al cabo.
ResponderEliminar¡Feliz año (y todos los demás)!
Me ha encantado tu entrada, lo efímero podría perfectamente resumirla. La propia vida.
ResponderEliminarFantástica, eso sí, me has sonado tal vez, un poco triste.
Un beso
que bonito texto!me encanta que escojas mis palabras... para mi, eso es como un premio :)
ResponderEliminarMe ha encantado verte hoy, deseando volver a hacerlo y tener nuestras horitas de cotilleo. Un besazo enorme!!
ST
Inma H: puede que sí, puede que viviendo intensamente espantemos a esa vulnerabilidad. Vamos a intentarlo a ver qué sucede ;) Mua!!
ResponderEliminarJulia: Oooooooo... pero qué precioso lo que dices!jeje. Y es cierto, tómatelo como literal, me llegan esos mimos a través de la pantalla ahora mismo. Mua guapa!!
Ely: Muchas gracias por el piropo, todo un halago decir que invito a la reflexión. Mua!!
Sergio: Cierto! dar a cosa el valor que tiene, ni más ni menos. Mua! Feliz año para ti también ;)
Mientrasleo: Gracias, que tú me lo digas tiene gran valor. Mua!!
ST: Gracias!! Gracias a ti por dejar las palabras, sin palabras no habría textos, y sin vosotros que leeis tampoco. Y a mi... si es que ya lo decía que hay abrazos que lo curan todo ;)
Mua!!!
Qué gran entrada! Escribes con una seguridad que me deja alucinada.
ResponderEliminarTus palabras están cargadas de razón, contadas con una naturalidad que en ocasiones le falta a la vida.
Un abrazo y Feliz año! ^^
Ufffffffff no sabría ponerle adjtivos a este texto que me ha dejado sin palabras. Hace no mucho incluso lo hubiese pasado mal leyéndolo, pero hoy puedo decir, orgullosa, que es en esa aceptación de la que tú hablas donde me encuentro. Gracias por estas palabras que continuamente nos dedicas .
ResponderEliminarUn besito! (Y mil gracias también por tu comentario! Me gustó mucho :) Feliz año nuevo!!
Volverte a decir que llegas al fondo de los conceptos, que me ha encantado la entrada, que me guardaré el dibujo de la luna, que te mando un beso muy grande y que soy muy vulnerable, pero ¿quién no lo es?
ResponderEliminarPusu
Feliz 2012.
Imaginativa: Muchas gracias por tus palabras, guapa, me encantan las palabras llenas de mimo. No sé si tienen seguridad, razón o naturalidad, pero han sido escritas tal cual eran pensadas. Feliz 2012. Mua!!
ResponderEliminarB.C. Gracias a vosotros por no dejarme sin palabras, sin vosotros no existiría este sofá. Palabras, las que vosotros me dedicais. Feliz 2012. Muuuuaaaa!!!!
Sbm: Cuánto tiempo Sbm! me alegra verte por el sofá, sabes que siempre serás bienvenido. Me alegra que te haya gustado, podrás guardarte lo que quieras, todo vuestro. Cierto ¿quién no lo es? Feliz 2012. pusu!
Nos volvemos vulnerable ante una mirada...
ResponderEliminarpablo: totalmente... vulnerable.
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